*Si no lo ha hecho, péguele una mirada a la entrada anterior*
Pareciera que me perdí en un mar de LSD después de la última entrada. Supongo que de alguna manera fue así. Consternada por la valoración de la droga, ¿a adónde vamos? y ¿de dónde venimos? le comenté a Chris (alias Mr. Manglo) sobre mi inquietud.
¿La droga es o la hacemos?
Como único medioposible para obtener la respuesta elegimos nosotros mismos emprender un viaje, de modo que partimos a uno de una semana en donde yo me quedé en su casa y nos dedicamos a un estudio de rigor científico, acostándonos a altas horas de la madrugada y escuchando a los Beatles como que se acaba el mundo.
Luego del viaje puedo decir con propiedad que valoro profundamente lo espontáneo por sobre lo producido y para qué decir que las drogas no hacen especial a nadie, menos cuando las necesitas, mucho menos cuando nisiquiera son símbolo, rito o experiencia.
Pero claro, esa soy yo... old fashioned.
De cualquier forma el viaje me devolvió con más felicidad y uno que otro souvenir.
Por otra parte está lloviendo y es rico porque es esa lluvia suave, finita. Nisiquiera le guardo rencor por arruinar mi mp3 (del que trataré de hacer efectiva la garantía mañana) y ya no me da miedo que me enferme a Manolo o me encuentre mal preparada en plena calle. Lluvia de tecito y de abrazar a Manolo junto a la estufa.
:)
